Miércoles 15 de Enero de 2025

Hoy es Miércoles 15 de Enero de 2025 y son las 12:28 -

11/09/2024

El misterio sobre la identidad de “El hombre que cae”, la icónica imagen que representó el horror vivido el 11 S

Fuente: telam

El autor de la imagen Richard Drew, un experimentado fotógrafo de Associated Press, contó cómo tomó esas imágenes de las Torres Gemelas que ardían en el cielo celeste de Nueva York. Las víctimas que se barajaron como posibles según una publicación, quienes se lanzaron a l vacío desde un piso 106

>La mañana del 11 de septiembre de 2001 parecía ser como un día cualquiera en Nueva York, para el fotógrafo de la agencia Associated Press (AP) Richard Drew, que cubría diferentes temáticas con maestría, debido a la sobrada experiencia sobre sus espaldas. Tenía entonces 54 años. Después de cubrir el torneo de tenis de US Open en Queens, esa mañana comenzaba a trabajar en las coberturas de la Semana de la moda de Nueva York, en el elegante Bryant Park, a pocas cuadras del Empire State, en el Midtown. Había tomado fotos en una pasarela donde habían desfilado modelos embarazadas reales por primera vez. Hasta ese momento, estaba enfocado en luces, looks modernos, peinados y sonrisas a cámara de modelos llegadas de todas partes del mundo.

Drew bajó en la calle Chambers, una estación previa a la de las Torres Gemelas. Al subir las escaleras de la estación vio una imagen que quedó sellada en su mente para siempre: las torres gemelas ardiendo. De los rascacielos de 110 pisos, los más altos de Nueva York, emanaba un humo denso, espeso y oscuro que teñía el cielo diáfano de ese 11 de septiembre, de un verano en retirada.

Drew no había llegado a las 8.46 o 9.03 cuando impactaron los aviones en las torres. Lo hizo más tarde. No sabía qué estaba sucediendo, como muchas personas que lo rodeaban. Por esas horas no se hablaba del secuestro de aviones comerciales por terroristas en pleno vuelo. Se enteró en la calle del segundo avión estrellado cuando un oficial de policía dijo “que el segundo avión era grande”. El fotógrafo de AP registró el pulso de la calle, marcado por la angustia, miedo, confusión, enojo, al mismo tiempo que el FBI cerraba el área. Tomó las duras imágenes de los edificios que prendían fuego, mientras la gente de esos pisos se asomaba a las ventanas. Al darse cuenta de la dirección en que soplaba el viento, decidió cambiar de lugar y evitarlo. “Me quedé junto a las ambulancias, entre un socorrista y un policía”, contó a los medios. Fue uno de ellos, el socorrista que advirtió una escena terrorífica y señalando hacia arriba, gritó: ¡Dios mío, la gente se está tirando del edificio!”. Desde allí tenía una perspectiva de las dos torres.

Quienes presenciaron esas espeluznantes escenas detallaron que tardaban 10 segundos en caer desde semejante altura y que no estaban inconscientes durante la caída. Pero que la muerte era inmediata. Muchos saltaron solos, otros lo hicieron en pareja y algunos en grupo.

Se estima que en esas horas de desesperación unas 200 personas murieron de esa forma. No eran suicidas. Huían de las lenguas de fuego, de las explosiones, del humo negro. De un infierno a otro de cientos de metros de altura. Todas las víctimas fueron declaradas muertas por homicidio causado por trauma contundente, excepto los secuestradores asesinos. Los que se vieron forzados a lanzarse al vacío no fueron declarados muertos por suicidio.

Drew se dedicó a tomar todas las fotos posibles. Acompañaba con su visor toda la caída, mientras mantenía presionado el botón del disparador de su cámara digital. Sin temblar, sin interrumpir su trabajo cuando escuchaba el escalofriante sonido del golpe en el suelo según su relato. Drew se defendió de aquellos que lo acusaron por su frialdad, argumentando que solo hizo su trabajo para el que fue entrenado.

“No sabía que tenía esa fotografía de aquel hombre en esa posición hasta que la vi en mi computadora cuando volví a mi oficina, llamé a uno de los editores de fotografía, miré la imagen y dije: “Esta es la imagen”.

“Es una foto muy silenciosa, no es como otras tantas fotos violentas de otros desastres. No hay sangre, no hay vísceras, no hay gente pegándose tiros”, destacó, pero con sus propias particularidades despertó identificación y despertó mucho miedo. ¿Qué pasaría si? La dramática decisión del hombre atravesó a muchas personas. Era morir o morir. “Es una de las pocas que muestra a alguien muriendo en el ataque más grave que hemos sufrido en Estados Unidos”, aseguró el autor de la foto.

La foto recibió nombre propio dos años después en la revista Esquire, titulada “The falling man” (El hombre que cae). Muchos habían visto esa imagen. Imposible olvidarla. El autor de la nota, el periodista Tom Junod, intentó develar la identidad del hombre en caída libre. Creyó que podía tratarse de Norberto Hernández, chef del restaurante Windows of the World, situado en el piso 106 de la Torre Norte, que perdió a 78 empleados en la tragedia. Su familia negó esa posibilidad por la ropa que tenía puesta. Su mujer Eulogia lo descartó: “Mi marido no tenía remera naranja”. Su hija mayor, Jacqueline incluso se enojó cuando le llevaron la foto, según Esquire. En cambio sus hermanos Tino y Milagros dijeron que sí se trataba de Norberto.

El padre de Briley, un pastor, después del 11 de septiembre de 2001, reunió a toda su familia y le pidió a Dios que le dijera dónde estaba su hijo. No se lo pidió: se lo exigió. “Señor, demando saber dónde está mi hijo”. Durante tres horas seguidas rezó sin pausa. Al día siguiente, el FBI lo llamó. Habían encontrado el cuerpo de su hijo, que milagrosamente estaba intacto. El hijo más joven del pastor, Timothy, fue a identificar a su hermano. Lo reconoció por sus botas negras altas. Timothy le sacó una y se la llevó a casa y la puso en el garaje como recuerdo.

Según la hermana de Jonathan, Gwendolyn, el joven sufría de asma y el humo que se elevaba le habría dificultado respirar. Usaba tanto una remera anaranjada que Timothy solía burlarse de él por eso. Pero no existe ninguna certeza de que haya sido él.

La imagen tomada por Richard Drew resumía como ninguna el horror vivido el día del atentado terrorista. Recibió múltiples premios. Nunca fue declarada oficialmente la identidad del hombre. Lo única información que se obtuvo fue que la imagen pertenece a la Torre Norte del World Trade Center, y que fue tomada a las 9:41:15 de la mañana. Como este hombre anónimo, en un viaje no tan corto hacia su muerte, hubo decenas de personas que murieron del mismo modo, sin posibilidad de identificar o recuperar sus cuerpos.

Drew le contó a The Telegraph que si bien la historia del hombre todavía está envuelta en un misterio, le gusta pensar en él “como el soldado desconocido, que represente a todos (para quienes) ese fue su destino ese día”.

El día más oscuro de Estados Unidos, cerca de las 8 de la mañana 19 yihadistas de grupo terrorista Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales para realizar un ataque suicida sin precedentes. Originarios en su mayoría de Arabia Saudita, atentaron contra los mayores símbolos del poder económico, militar y político estadounidense. Dos aviones -uno de American Airlines y otro de United Airlines) fueron estrellados contra el World Trade Center en Nueva York y un tercero impactó contra el Pentágono, cerca de Washington DC. Un cuarto avión apuntaba posiblemente contra el Capitolio, sede del Congreso, o la Casa Blanca, pero tras la heroica intervención de sus pasajeros se estrelló en una zona rural de Shanksville, en Pensilvania.

Como cada 11 de septiembre se recuerda a las víctimas de este atentado, que hoy tienen un Memorial, el National September 11 Memorial & Museum, en el lugar donde se levantaban las Torres Gemelas. También está el Pentagon Memorial en Arlington, Virginia y el Flight 93 National Memorial, en el lugar del accidente de Pensilvania.

Fuente: telam

Compartir