Jueves 2 de Enero de 2025

Hoy es Jueves 2 de Enero de 2025 y son las 10:37 -

29/12/2024

Los cubanos sufren la peor crisis desde que el régimen castrista tomó el poder hace más de seis décadas

Fuente: telam

La población viene soportando prolongados cortes de electricidad, escasez de productos básicos y cada vez más personas intentan irse de la isla

>No hace mucho, la Plaza de la Revolución de La Habana estaba abarrotada de turistas estadounidenses que entrechocaban sus palos de selfi mientras sacaban fotos de la icónica imagen del revolucionario Che Guevara e intentaban dar una vuelta en un Chevrolet Bel-Air rojo caramelo de 1952.

Los conductores se pasan la vida como la mayoría de los cubanos: soportando prolongados cortes de electricidad, haciendo cola en supermercados mal abastecidos y viendo cómo sus amigos, familiares y vecinos —hartos de todas las penurias— hacen las maletas y se marchan.

Durante dos años y medio, Cuba rebosó de entusiasmo en medio de una notable oleada de inversiones y turismo, impulsada por los acuerdos firmados por grandes empresas estadounidenses como Google, AT&T y las Grandes Ligas de Béisbol.

El turismo, que una vez fue un elemento vital de la economía de Cuba, se ha desplomado, con una caída de casi el 50 por ciento desde 2017, y las nuevas regulaciones de visas de Estados Unidos hacen que sea más difícil incluso para los europeos viajar allí.

“La comparación es como la noche con el día”, dijo Luis Manuel Pérez, que trabaja como chófer.

“Es una diferencia abismal”, dijo.

Muchos de los miles de negocios privados que el gobierno cubano permitió abrir en los últimos años intentan mantenerse a flote tras perder a tantos trabajadores por la emigración. Las calles están llenas de basura, ya que la escasez de combustible impide recogerla.

“Sales a la calle y la sonrisa del cubano se va desdibujando”, dijo Adriana Heredia Sánchez, propietaria de una tienda de ropa en La Habana Vieja.

El deterioro de Cuba subraya el papel sobredimensionado de Estados Unidos en el país, y se produce cuando Donald Trump está a punto de regresar a la Casa Blanca: ha propuesto a Marco Rubio, senador republicano por Florida y partidario de la línea dura con Cuba, como secretario de Estado.

Cuba ha sufrido tres apagones en todo el país desde octubre. Las cifras oficiales muestran que la población se ha reducido en al menos un millón de personas, un 10 por ciento, desde la pandemia. Más de 675.000 de esos cubanos se trasladaron a Estados Unidos.

Incluso la tasa de mortalidad infantil, que los gobernantes comunistas habían llevado con tanto orgullo a niveles inferiores a los de Estados Unidos, ha ido subiendo.

La sensación de miseria está muy lejos de la emoción que se sintió la semana de 2016 cuando Obama asistió a un partido de béisbol de los Tampa Bay Rays en La Habana con el presidente cubano Raúl Castro.

“Si Obama se hubiera postulado para presidente, hubiera salido electo”, dijo riendo Jaime Morales, guía turístico en La Habana.

Luego, el presidente Trump dio marcha atrás. En 2018, después de que los empleados de la embajada estadounidense sufrieran misteriosas enfermedades, que algunos creyeron que eran un ataque de un país hostil, envió a tantos trabajadores a casa que cerró la embajada para efectos prácticos. (El gobierno de Joe Biden la reabrió en 2023).

Morales, de 44 años, recuerda que un barco ya estaba en el puerto cuando se revocó la política de cruceros: él estaba en un muelle esperando a los pasajeros con reservaciones para sus excursiones a pie por La Habana, pero nadie desembarcó.

Ricardo Zúniga, uno de los principales asesores de Obama que dirigió las negociaciones secretas para restablecer los lazos diplomáticos, reconoció que el gobierno no calculó con qué fuerza se opondrían los aliados leales a Fidel Castro a las medidas estadounidenses después de que el exdirigente se pronunciara públicamente en contra de ellas.

Aunque nunca hubo un quid pro quo oficial por el levantamiento de las restricciones a los viajes y el comercio, Cuba liberó a los presos políticos y aceptó en general aumentar el acceso a internet y permitir más empresas privadas.

Fidel Castro sabía que un mayor acceso a internet y a las libertades económicas llevaría a más personas a cuestionar la falta de derechos básicos en Cuba y podría socavar el régimen, dijo Zúniga. Castro vio las medidas como un caballo de Troya de Estados Unidos, y “eso es cien por cien lo que fue”, dijo.

Ben Rhodes, otro exasesor de Obama que trabajó en las negociaciones, dijo que la decisión de Biden de mantener en gran medida las políticas de Trump fue particularmente perjudicial, porque las hizo “bipartidistas”.

Dos funcionarios de alto rango del gobierno de Biden defendieron la política de este hacia Cuba, señalando que Biden revirtió algunas restricciones. Levantó un límite a la cantidad de dinero que los cubanos en Estados Unidos podían enviar a casa, aumentó los vuelos y creó más oportunidades bancarias para los empresarios cubanos.

Pero Cuba, dijo uno de los funcionarios, nunca desaprovecha una oportunidad para desaprovechar una oportunidad.

Varios congresistas cubanoestadounidenses que favorecían las restricciones también tuvieron una influencia considerable, y los críticos dijeron que la Casa Blanca estaba preocupada por el panorama político de cara a las elecciones de noviembre.

El gobierno cubano dijo recientemente que el breve acercamiento de Obama fue positivo para el país, pero que fue seguido de ocho años de agresión. El viernes, funcionarios estatales celebraron una gran protesta frente a la embajada de EEUU.

El gobierno de Trump ayudó a desencadenar llegadas masivas a la frontera sur al cerrar las operaciones de visa, lo que obligó a los cubanos a tomar caminos irregulares hacia Estados Unidos, dijo.

La incapacidad de Cuba para mantener su red eléctrica está directamente relacionada con las sanciones estadounidenses que recortan los ingresos del país, dijo.

“Pero al mismo tiempo este no ha sido un país de cruzarse las manos y ponerse a esperar que alguien traiga la solución”, añadió. “Nosotros hemos vivido ciclos anteriores, donde hay un impacto a nivel de vida, lo cual está muchas veces vinculado a la política hostil de los Estados Unidos”.

Muchos cubanos se han cansado de que su gobierno culpe a Washington, dijo Arianna Delgado, una maquilladora que dejó Cuba este año para irse a Miami.

Rubén Salazar, de 58 años, dice que la gente cocina con carbón porque no hay suficiente gas.

Una farmacia del barrio del Vedado, en La Habana, reparte 200 boletos numerados el día anterior a la entrega de los medicamentos. Como resultado, la gente debe hacer fila durante horas, dos veces.

Ese día, era la número 136.

Fuente: telam

Compartir