Viernes 29 de Marzo de 2024

Hoy es Viernes 29 de Marzo de 2024 y son las 11:20 -

19/03/2023

Beya Durmiente, una obra que habla de "la explotación más extrema de la mujer"

Fuente: telam

La historia creada por Gabriela Cabezón Cámara sube a escena a partir de un trabajo en conjunto entre el Ministerio de Salud y de Cultura que promueve funciones exclusivas que abordan temas vinculados a la salud integral.

Por Giuliana Biasotto 19-03-2023 | 14:40

Beya trata sobre la explotación sexual de una mujer. /Foto: Nora Lezano.

La obra de teatro Beya Durmiente (Dj Beya), presentada en el marco del ciclo Salud en Escena, propuesta de los ministerios de Salud y Cultura, recorre de manera sensible, artística y empática "unas de las explotaciones más extremas de la mujer en el patriarcado" y los elementos que componen el mundo de una persona víctima de trata, dijo la directora, Victoria Roland.

"El arte tiene la posibilidad de meterse con múltiples temáticas, incluso en temas que son difíciles de abordar", señaló Roland en referencia a la obra, un espectáculo performático-musical basado en la novela corta "Le viste la cara a Dios", escrita por Gabriela Cabezón Cámara, reversión del cuento infantil clásico de la Bella Durmiente, en el que una mujer en situación de trata se encuentra durante todo el relato en una cama.

"La política en el arte funciona más allá de la simple denuncia, y me parece que tiene que ver con generar un hecho estético que nos modifique la percepción y que nos haga entrar en otros estados perceptivos", dijo a Télam Roland, directora de esta obra que llevará al espectador "en un viaje poético, musical y electrónico" que permitirá hacer oír la voz de una mujer y sus vivencias.

"No nos interesa hacer un teatro que se quede en la denuncia sino generar un hecho artístico que te modifique y expanda el propio tema. La obra te hace atravesar la situación de ser mujer más allá de la trata", señaló.

En el marco del ciclo Salud en Escena, un trabajo en conjunto entre el Ministerio de Salud y de Cultura que promueve funciones exclusivas de distintas obras teatrales que abordan temas vinculados a la salud integral, se realizó una función en Casa Patria Grande a la cual asistieron la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y su par de Cultura, Tristán Bauer.

Sobre la temática que aborda la obra, Vizzotti consideró que la trata de personas para la explotación sexual o laboral "impacta mucho en las juventudes y más en las mujeres" y que es un tema que "atraviesa el eje del abordaje de la salud mental".

Las situaciones de trata con fines de explotación sexual y/o laboral constituyen una de las formas de esclavitud moderna más extendidas en todo el mundo, advirtió la cartera sanitaria.

Foto: Nora Lezano

Agregó que en Argentina estas situaciones requieren de una profundización de políticas públicas que tengan la capacidad de afrontar y prevenir la generación de estos delitos que atacan la vida, libertad y dignidad de las personas.

Según la directora, el arte puede ser utilizado como una experiencia física sensorial que exprese una situación tabú que muchas veces es difícil debatir y, si la experiencia artística es lograda, puede generar otro nivel de empatía, conmoción y formas de involucrarse en temas que están "muy naturalizados" por "sobresaturación de información" y que generan "anestesia para las cosas terribles que suceden en el mundo".

En ese sentido, la protagonista dentro de la obra, interpretada por Carla Crespo, enfundada en un traje plateado y en un acto de "desdoblamiento para poder sobrevivir", usa la segunda persona para poder generar un efecto en el que "se habla a sí misma" y, tomando el rol de actriz-dj, se "desdobla" siendo operadora de sonido generando durante todo el show distintos estímulos e intervenciones musicales para atravesar de manera sonora todo el texto.

El espectáculo posee una "profunda sensibilidad artística y empática con los lugares más extremos a los que puede llegar la explotación de la mujer en el patriarcado, que es la trata, y la obra quiere poner por delante cierto lugar de la mujer como objeto, cuyo punto más álgido sería la esclavitud en una situación de trata", indicó Crespo en diálogo con Télam.

Y agregó que la obra no intenta ponerse en el lugar "crudo, inenarrable e imposible de una persona que está en situación de trata porque entiende que sería, no sólo una ingenuidad, sino también un sinsentido".

"Es desde un lugar de enunciación artístico en donde nosotras hablamos de la trata de personas. No desde un lugar que intenta representar de manera realista o lineal esa realidad que es irrepresentable en el arte", aseveró.

Asimismo, ambas indicaron en que el sonido y la palabra son como una voz para Beya, que no es solo un cuerpo, y desde ese lugar aparecen todos los elementos que componen el mundo de una víctima de trata desde la palabra descriptiva, sonidos, vocabulario específico de ese universo, como así también la música.

"La música atraviesa sus sonidos de infancia y los sonidos de la cumbia que son parte de la tortura cotidiana del prostíbulo. La idea de la música electrónica la asociamos con las sustancias que le inyectan a la fuerza para poder seguir prostituyéndola y esclavizándola", remarcó Crespo.

Por su parte, Roland destacó que una de las características del campo artístico es la libertad con la que los artistas pueden moverse a través de distintos temas que atraviesan lo social, además de que existen convenciones que en otros ámbitos no hay, para poder "jugar" con ciertos conceptos, ideas y fenómenos y poder mirarlos desde otro lugar.

También aseguró que hay formas canónicas de abordar ciertas temáticas, como por ejemplo las víctimas que son siempre retratadas como "pobres seres sufrientes y dolientes" que, en definitiva, lo que produce es "dejarlas estancadas en ese lugar".

"Nosotros a la víctima la ponemos en un traje plateado y la volvemos una reina. Quisimos hacer una operación de contrapunto y huir de esas imágenes canónicas que terminan siendo funcionales", señaló.

"Los artistas nos atrevemos a imaginar ficciones posibles, por lo tanto, otros mundos posibles. Creo que esa es la característica más revolucionaria de lo artístico: la capacidad de imaginar otros posibles y que lo que está dado no es la única forma de hacer ni ver las cosas", concluyó. Etiquetas:
  • Gabriela Cabezón Cámara

  • Ministerio de Salud

  • Ministerio de Cultura

  • trata de personas

Fuente: telam

Compartir