Por Lucas Schaerer 19-03-2023 | 16:58

El Papa Francisco no olvida Flores. El barrio donde nació recibió un regalo muy especial. Una imagen de un metro y medio del padre putativo de Jesús. El esposo de la adolescente Virgen María fue el carpintero José. Por él, Jorge Mario Bergoglio siente una especial devoción.

“Ayer fuimos a buscar la imagen a la Nunciatura (la embajada del Papa)”, contó a Télam el párroco de la Basílica de Flores, Martín Bourdieau, desde la vereda de la iglesia Nuestra Señora de la Misericordia, en la esquina de avenida Directorio y Caamacuá.

El inicio de la peregrinación con la imagen del santo durmiendo es un lugar especial para el Papa. En Misericordia tomó su primera comunión y la confirmación. “Cada 8 de octubre Bergoglio obispo celebraba misa con nosotras. Era su fecha de comunión”, recordó la hermana Teresa Rovira delante de unos 300 vecinos en el templo donde se bendijo la imagen de San José que llegó desde la Santa Sede con cientos de estampitas con la fotografía de Francisco y la reproducción de una carta en cartulina de color con el mensaje del Santo Padre donde reflexiona sobre la importancia del padre terrenal de Jesús.

“Yo quiero mucho a San José. Es un hombre fuerte y de silencio. En mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo. Y durmiendo cuida a la iglesia. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo en un papelito y lo pongo debajo de San José, para que lo sueñe”. Esas palabras fueron leídas por la hermana Teresa quien recordó una anécdota que le trasmitió Rosa Centeno, una monja que conoció a Bergoglio de niño: ‘Era un diablillo que aprendió a contar saltando los escalones aquí’”.

Antes de subir la imagen de San José en las andas que llevaron varios peregrinos, el párroco contó que el “Papa de los gestos, con mucha delicadeza, nos hizo lío porque nos movió todo lo que teníamos planeado para la celebración por San José”, que se realiza cada 19 de marzo, la fecha que hace diez años atrás asumía el papado el primer latinoamericano y jesuita.

Los jóvenes y dirigentes del grupo Scouts de la Basílica San José de Flores tocaban batucada y bailaban a la espera de iniciar la peregrinación que recorrió Caamacuá hasta avenida Alberdi Pedernera hasta Falcón y allí por el pasaje pegado a la Basílica. Los vecinos, acompañados por el obispo villero, Gustavo Carrara, ingresaron al santuario cerca de las 19 horas.

“La imagen enviada es un signo de cariño para su barrio, el colegio Misericordia y la Basílica. Demuestra lo que los quiere el Papa”, aseveró monseñor Carrara que vive en Flores, al sur, en uno de los ingresos a la villa del Bajo Flores, avenida Castañares y Bonorino en el primer piso del centro barrial San Francisco de Asís.

A modo de premonición el primer obispo villero en la Ciudad de Buenos Aires dijo que la imagen de San José dormido “seguro va a duplicar el trabajo a los curas” y en su homilía exhortó a los presentes a que

lean la carta escrita por el Santo Padre

al concluir el jubileo extraordinario de la Misericordia: “Seamos amigos de los más frágiles. El camino de Jesús empezó en la periferia. Esto nos pide el Papa nacido en este barrio. Este es uno de sus sueños que caminemos en el mismo sentido que Jesús y pidamos a San José por nuestra misericordia”. 

Antes de finalizar la misa hubo una bendición especial a los voluntarios de la basílica.

“Acabamos de vivir una noche histórica”, reflexionó el párroco antes de la bendición de la paz y soñando en voz alta concluyó: “Que lindo que este se convierta en el santuario de los sueños”.

En Flores nada es imposible. Si tiene un vecino que en ese mismo templo recibió hace casi 70 años (21 de septiembre de 1953) el llamado de Dios al sacerdocio y desde hace diez años ocupa el Sillón de Pedro. Todo lo demás que allí se sueñe es realidad.

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Fuente: telam