11/09/2024
Adolfo Aristarain: “El cine es oficio con imaginación”
Fuente: telam
Antes de recibir un premio de la Academia del Cine español, el director argentino dice que no extraña filmar. “Estoy tranquilo en casa. Tiene que haber algo que me mueva y no ha aparecido”, afirma
>Ávido lector y gran contador de historias, A sus casi 81 años, el cineasta recibirá este jueves en el Malba la Medalla de Oro de la Academia del Cine español. Por ese motivo, habló en esta entrevista en un bar de Buenos Aires donde es un parroquiano más, un vecino al que todos saludan y donde conocen a la perfección cómo toma el café.
“Del cine nunca te retirás”, afirma rotundamente cuando se le pregunta por las dos décadas transcurridas desde el estreno de su último trabajo, Roma (2004), deliciosa película interpretada por José Sacristán, Susú Pecoraro y Juan Diego Botto, con toques autobiográficos, como una madre profesora de piano o sus recorridos de juventud por las tiendas de libros y vinilos en la noche porteña.“A mí las ganas me vienen cuando veo una historia que me gusta. Nunca fui de decir ‘quiero hacer’, ‘quiero filmar’, ‘extraño’. Yo no extraño filmar para nada. Estoy muy tranquilo en casa, leyendo, escuchando música. No extraño filmar, pero tiene que haber algo que me mueva y me entusiasme. Y hasta ahora no ha aparecido”, señala.En realidad sí apareció, pero tenía un presupuesto inalcanzable, unos 10 o 12 millones de dólares: una película sobre el bandoneonista y compositor Astor Piazzolla, “el único genio que ha existido en este país”, según Aristarain. “Piazzolla no puede tener sucesores, porque todos los que quieren seguir a Piazzolla lo imitan. Y es inimitable. O sea, es imposible: es que Piazzolla es como Bach”, asevera.Enamorado desde niño de la literatura, del cine y de la música, busca que le “cuenten historias”, algo que se ha traducido después en su manera de narrar en la gran pantalla en filmes inolvidables como Tiempo de revancha (1981), Un lugar en el mundo (1992), La ley de la frontera (1995) o Martín (Hache) (1997), con amplio reconocimiento internacional.
“Si no me están contando nada, es posible que me levante del cine y me vaya; si es un libro lo cierro y a otra cosa. Es decir, me tiene que atrapar la historia que me están contando”, afirma Aristarain, quien resalta que si el director “cree” lo que ve en cámara, eso traspasa la pantalla.Pese a sus casi 60 años en la industria del cine, en los que hizo distintas funciones, confiesa que “jamás” dijo: “Yo quiero ser director”. “Sentía que estaba aprendiendo un oficio” y que “estaba en casa”, explica Aristarain, quien se define como “uno de estos memoristas” que conocía las fichas de los filmes que veía.
Y es cierto: durante la charla desgrana títulos de películas y su listado de intérpretes. Pese a admirar a directores como John Ford o Howard Hawks y haber trabajado con otros como el español Mario Camus, con quien fraguó una gran amistad, no siente “envidia” de nadie, sí “el asombro y la admiración por las películas que están muy bien hechas”.Fuente: EFE.
[Fotos: EFE/ Juan Ignacio Roncoroni; Gustavo Gavotti]Fuente: telam